Pasear por Granada es como saborear la historia a pie de calle, actividad conjunta que nos gusta y ¡mucho! Tantas civilizaciones han dejado su impronta cultural en nuestra ciudad que resulta harto complicado poder recopilar todo… claro, que para eso hay maravillosos manuales, guías, libros de historia, además de contar con historiadores muy reconocidos que han hecho mucho por nuestra ciudad.
Pensar en un lugar que se encuentre en el centro de la ciudad y donde poder sumergirse como si se viajara a otra época, además de poder comprar un detalle o souvenir, resulta fácil para todos… ya lo sabes: La Alcaicería. Esas recónditas calles, algunas de ellas tan angostas que con solo estirar los brazos puedes abarcar de una pared a otra, donde se superponen mil y una tiendecitas que gozan de un encanto muy especial que ha perdurado durante siglos. Un bazar donde poder encontrar casi de todo: artesanía, joyería, bisutería, artículos de decoración, souvenirs, tés, especias… y ante todo una magia y un embrujo que hacen de ella un lugar único.
Actualmente su extensión se limita sólo a la calle Alcaicería, pero su alcance iba mucho más allá porque esto no ha sido siempre así. El paso del tiempo y sus pobladores la han ido acortando hasta lo que conocemos hoy día.
La Alcaicería, en sus orígenes fue un gran barrio de la cultura musulmana que se extendía desde Plaza Nueva hasta la Plaza Bib-Rambla; hoy nos resultaría complicado imaginarlo por su extensión pero os aseguro que los mapas cartográficos os asombrarían, porque a mí me pasó al verlos.
Pero pongámonos en situación. El origen del nombre, es latino (aunque no lo parezca a priori) y es que cuando el Emperador Justiniano cedió a los árabes el derecho a vender la seda, éstos se lo agradecieron llamando a todos los bazares “Al-Kaysar-ia”, es decir: El lugar del César. Dicha barriada estaba formada por estrechas callejas y callejuelas. A su alrededor se encontraban las casas, las fondas donde se hospedaban los mercaderes que venían de fuera y el zoco o mercado donde la gente se concentraba en su quehacer diario. Se accedía a ella a través de nueve puertas que se cerraban de noche para protegerla a modo de ciudadela. Podría haber sido perfectamente el octavo reino de Juego de Tronos. ¿Qué opinas?
Bromas aparte, la Alcaicería de Granada (Madinat Garnata) cobró un gran protagonismo dado el mercadeo existente de muchos y diferentes bienes como los metales, la artesanía, el trigo, las reconocidas especias y otros materiales. En el s. XIV su relevancia creció en toda la cuenca del Mediterráneo por la fabricación y venta de la seda por parte de los musulmanes, convirtiéndose en uno de los grandes motores de la economía (aunque ya se fabricaba desde el s. XI en las Alpujarras).
Tal era la calidad de este tejido que se llegó a discutir en varias épocas, si era mejor la de los gusanos que se alimentaban de la morera (la que da la mora de color roja y negra, morus nigra) o la de moral (la que da la mora de color blanquecino, morus alba) ¡Qué cosas!
El Reino de Granada era a principios del s. XV el principal productor de seda de todo el Mediterráneo, en cantidad y calidad. Se dice pronto, pero fue un mercado tremendo el que había con ella. Imaginad la de telas maravillosas que realizarían para las mujeres nobles nazaríes, las sultanas, las hijas de éstas e incluso casullas o chilabas para los más altos cargos del reino de Granada. ¡Auténticas joyas! De hecho, algunas de ellas se exhiben en museos de nuestro país.
En sus inicios, el de la seda fue un mercado muy rígido, sin apertura alguna al exterior, regulado por las alcaicerías del Reino (Granada, Almería y Málaga). Fue cuando se dieron cuenta del gran alcance y beneficio económico que ésta les proporcionaba cuando decidieron abrir el comercio granadino. Facilitaron entonces que comerciantes de otros lugares, banqueros genoveses y catalanes se introdujeran en las redes de exportación de la tan deseada y fina seda. Su preciada calidad conquistó gran número de países extranjeros: Portugal, el sur de Francia, Italia… hasta llegar a Oriente Medio. Me parece increíble pensarlo hoy, pero es que tuvimos en nuestras manos una gran potencia económica mundial.
Con la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos en 1492, la situación cambia de manera radical para la industria sedera pues parte de la financiación de la conquista se realizó gracias a la lana de las ovejas merinas de la Mesta, organización creada por Alfonso X el Sabio que gozaba de grandes prerrogativas y tenía además su propio poder ejecutivo, legislativo y judicial. Tal era el poder que tenía la “Comunidad de Pastos” que hasta su presidente disponía de un asiento fijo en el Consejo Real. Es por esto que la seda se vió relegada a un segundo plano en favor de la lana. Como siempre, la política de por medio…
La llegada de los cristianos hizo que la situación poco a poco se enrareciera cada vez más para los moriscos, en sus vidas y con sus telares poniendo en enfrentamiento las dos industrias más potentes del momento: la seda y el ganado, pues los cristianos que llegan a Granada iban también demandando su lugar en la política y economía del reino, provocando un acoso continuo a los moriscos y un varapalo que se dejó sentir en los años sucesivos con múltiples prohibiciones, talas y quemas de moreras, ordenanzas, prerrogativas a la comunidad de pastos, etc., provocando a su vez una gran depresión en el mercado de la seda que hasta entonces había sido floreciente.
Ya en el s. XVI, el concienzudo trabajo de los moriscos en los telares de sedas pone en valor de nuevo este mercado. Momento que aprovecharon los monarcas para llenar las arcas de la hacienda pública. Comerciantes de todas partes de España y fuera de ella establecieron su sede en la Alcaicería de Granada creando bancos y casas de empeño, pero también se aumentó la presión fiscal de una manera desorbitada provocando la conocida Rebelión de las Alpujarras en 1568. Una rebelión que duró tres años donde miles de familias fueron expatriadas, las plantaciones de moreras quemadas y arrasadas con la consiguiente devastación de plantaciones de cientos de años distribuidas por Granada y las Alpujarras.
Una vez más, conscientes del gran hundimiento de la economía debido a este tipo de actuaciones, deciden poner orden para que la situación no fuera a mayores. Intentan replantar los árboles quemados, traen de vuelta a las familias expatriadas de ambos bandos, importan semillas de otros países…,
El daño ya estaba hecho, pero fueron dos iniciativas de Felipe II las que promovieron de nuevo el impulso de este preciado bien:
- Concedió una licencia para exportar en exclusiva a la India, pues la demanda del país asiático había crecido enormemente por las rutas comerciales abiertas de los portugueses.
- Decidió plantar más de seiscientas mil plantas de morales para reemplazar las que habían sido arrasadas durante la Rebelión de las Alpujarras.
Con estas iniciativas se relanzó el mercado pero nunca volvió a ser lo que fue en tiempos pasados, ni en cantidad, ni en calidad, ni en número de artesanos que se dedicaban en exclusiva a este trabajo. Habían sucedido demasiados episodios e importantes altibajos que provocaron daños irreparables.
Como anécdotas curiosas de este impulso, os contaré que a finales del s. XVI, los maharajás de la India se encapricharon con la seda de Granada que les llegaba a través de los comerciantes portugueses y que el emperador chino Wanli, quiso saber quién era capaz de fabricar una seda mejor que la que se hacía en China así que envió una delegación a Granada para conocer el secreto de tan exquisita seda, llegando al convencimiento de que el secreto de su calidad residía en las hojas del moral y en el agua del deshielo de Sierra Nevada, sin reparar siquiera en la maestría de los artesanos moriscos para realizarla.
A día de hoy tan solo nos queda el recuerdo del pasado sedero y las numerosas calles en Granada y provincia que guardan en sus nombres alguna referencia a este arte: Sederos, Moral, Moraleda, Morera…
Los siglos posteriores llenos de vicisitudes, la leve pero creciente industrialización en el resto del mundo y la invasión francesa unida a una plaga que mataba a los gusanos de seda, junto al incendio de 1843 en una fábrica de cerillas, hizo trizas la Alcaicería, haciendo desaparecer la industria que con tanto ahínco se había forjado en nuestra tierra. Tras este incendio, es el Ayuntamiento quien decide reconstruir la Alcaicería con un estilo neomudéjar, muy diferente al que tenía en su origen. Quizás no conserva la esencia pero sí mantiene el bullicio callejero de lo que en su día fue.
Actualmente es un destino habitual e imprescindible para los turistas que visitan la ciudad. Los comercios se encuentran unidos en hilera y es un lugar mágico donde hallarás tiendas que llevan la friolera de casi ochenta años en pie, toda una proeza dados los tiempos que corren. Pequeñas arterias de nuestra ciudad en las inmediaciones de la Catedral donde poder descubrir la artesanía granadina, la taracea, la loza de fajalauza, farolas de cristal coloreado, joyerías, mercerías, los conocidos belenes de Navidad o simplemente tiendas de recuerdos.
Si nunca antes has paseado por sus calles, es un momento perfecto para hacerlo… si ya la conoces, estoy segura de que algunas de estas palabras te van a hacer verla de un modo aún más especial donde imaginarás entre sueños el gran mercado que fue.
English version
Walking around Granada is like savouring history at street level, a joint activity that we love. So many civilisations have left their cultural mark on our city that it is very difficult to compile it … of course, there are wonderful history books for that, as well as having very well-known historians who have done a lot for our city.
Thinking of a place in the centre of our city where you can immerse yourself as if you were travelling back in time and also buy a souvenir is easy: La Alcaicería with its typical narrow streets where a thousand and one shops are superimposed with a charm that has lasted for centuries. A bazaar where you can find almost anything: handicrafts, jewellery, costume jewellery, decorative items, souvenirs, teas, spices… and above all the enchantment that make it a special place.
Nowadays its extension is limited only to Alcaicería street, but its scope went much further.
The Alcaicería was originally a large Muslim quarter that extended from Plaza Nueva to Plaza Bib-Rambla; today it would be difficult to imagine its extension but I assure you that the cartographic maps would amaze you.
The origin of the name is Latin (although it may not seem so at first sight).
I´ll tell you, the Emperor Justinian grant the Arab people the right to sell silk, they thanked him by calling them bazaars “Al-Kaysar-ia”, that is to say: “Caesar’s place”. This neighbourhood consisted of narrow lanes and alleys. Around it were the houses, the inns where the merchants who came from abroad stayed and the souk or marketplace where people was concentrated on their daily business. It was accessed through nine gates that were closed at night to protect it looking like a citadel.
The Alcaicería of Granada was of great importance (Madinat Garnata) due to the existing trade in different goods such as metals, handicrafts, wheat, spices and other materials.
The Alcaicería of Granada (Madinat Garnata) gained importance due to the existing trade in many different goods such as metals, handicrafts, wheat, spices and other materials. In the 14th century, the importance of Madinat Garnata grew throughout the Mediterranean due to the manufacture and sale of silk by the Muslims, which became one of the great driving forces of the economy (although it had already been manufactured since the 11th century in the Alpujarras).
Such was the quality of this fabric that it was discussed on several occasions whether it was better to use the silk of the worms that fed on the mulberry tree (which produces the red and black mulberry, morus nigra) or the other one (which produces the whitish mulberry, morus alba).
At the beginning of the 15th century, the Kingdom of Granada was the main producer of silk in the Mediterranean, in terms of quantity and quality. Imagine the marvellous fabrics that would be made for the Nasrid noblewomen, the sultanas, their daughters and even chasubles for the highest officials of the kingdom of Granada. True jewels!
In the beginning, the silk market was a very rigid one, without any opening outward, regulated by the alcaicerías of the Kingdom (Granada, Almería and Málaga) until they realised the scope and economic value of this fabric so decided to open up the trade in Granada, making it easier for merchants from other places, Genoese bankers and Catalans to introduce the export networks of the much-desired and fine silk. Its quality conquered a large number of foreign countries: Portugal, the south of France, Italy… and even the Middle East. It seems incredible to think about it today, but the fact is that we had in our hands a great worldwide silk manufacturing power.
When Granada was taken by the Catholic Monarchs in 1492, the situation changed radically for the silk industry, as part of the financing of the conquest came from the wool of the Merino sheep of the Mesta, an organisation created by Alfonso X the Wise, which enjoyed great prerogatives and also had its own executive, legislative and judicial powers. Such was the power of the “Comunidad de Pastos” that even his president had a permanent place on the Royal Council. This is why silk was relegated to second place in favour of wool. The arrival of the Christians meant that the situation gradually became more and more difficult for the Moors, in their lives and with their looms, bringing into conflict the most powerful industries of the time: silk and livestock, as the Christians who arrived in Granada were also demanding their place in the politics and economy of the kingdom, causing continuous harassment to the Moors and a major setback that was felt in the following years with multiple prohibitions, felling and burning of mulberry trees, ordinances, prerogatives, etc…, This in turn caused a great depression in the silk market, which until then had been flourishing.
In the 16th century, the conscientious work of the Moors in the silk looms put this market back in value. The monarchs took advantage of this moment to fill the public coffers. Merchants from all parts of Spain and beyond established their headquarters in the Alcaicería of Granada, creating banks and pawnshops, but the tax burden was also exorbitantly increased, provoking the well known Rebellion of the Alpujarras in 1568. A rebellion that lasted three years in which thousands of families were expatriated, mulberry plantations burnt and razed to the ground with the consequent devastation of hundreds of years old plantations spread throughout Granada and the Alpujarras.
Once again, aware that the economy had collapsed due to this type of action, they decided to put things in order.
They tried to replant the trees, they brought back the expatriate families from both sides, they imported seeds from other countries… However, it was two initiatives by Felipe II that gave a new impetus to the silk industry:
- He granted a licence to export exclusively to India, as demand in the Asian country had grown enormously due to the open trade routes of the Portuguese.
- He decided to plant more than 600,000 mulberry plants to replace those that had been destroyed during the Alpujarras Rebellion.
With these initiatives, the market was relaunched, but it never returned to what it was in the past, neither in quantity, nor in quality, nor in the number of craftsmen who dedicated themselves exclusively to this work.
As curious anecdotes of this impulse, I will tell you that at the end of the 16th century, the maharajahs fell in love of the silk and The Chinese emperor Wanli wanted to know who was capable of making better silk than that made in China, so he sent a trade delegation to Granada to find out the secret of such exquisite silk, He was convinced that the secret of its quality lay in the leaves of the mulberry tree and the melt water from Sierra Nevada, without even considering the mastery of the Moorish artisans in making it. To this day, all that remains is the memory of the silk-making past and the numerous streets in Granada that take some reference to this art: Sederos, Moral, Moraleda…
The subsequent centuries full of ups and downs, the slight but growing industrialisation in the rest of the world and the French invasion together with a plague that killed the silkworms and the fire of 1843 in a match factory, destroyed the Alcaicería, making the industry that had been forged with so much effort in our land disappear.
After this fire, the Town Hall decided to rebuild the Alcaicería in a neo-Mudéjar style, very different from its origins. Perhaps it does not retain the essence but it does maintain the street bustle of what it once was. Nowadays it is a regular and essential destination for tourists visiting the city.
The shops are joined together in a row and it is a magical place where you can buy souvenirs of our city as well as finding shops that have been standing for almost eighty years, quite a feat given the times we live in.
If you have never walked through its streets before, it is the perfect time to do so… if you already know it, I am sure that some of these words will make you see it in an even more special way where you will imagine in your dreams the great market that it was.
Una maravilla de artículo! Nos pone en conocimiento de la historia de parte importante de nuestra ciudad, de forma clara y concreta. Me ha parecido muy interesante
Muchísimas gracias
Desconocemos mucho sobre nuestra ciudad y pensamos que era importante dar a conocer La Alcaicería.
Maravilloso e interesante artículo
Gracias por compartir
Gracias Vanesa, creemos que dar a conocer nuestra ciudad es valioso para todos los granadinos.
Gracias de nuevo
La Granada desconocida para muchos de nosotros que vivimos en ella , pasamos de largo en ocasiones sin apreciar este maravilloso encuentro de culturas , es emocionante leer y sumergirse en las descripciones de cada una de las palabras del artículo ,dejarse llevar .. Enhorabuena
Muchas gracias Ramón,
Así entendemos nuestra ciudad y por eso tenemos que darla a conocer.
Son muchas las culturas y disponemos de un legado cultural espectacular.
Gracias
Interesasnte articulo tengo locales alquilados en la alcaiceria y se de su valor por su ubicacion , ahora tienen doble valor por su historia ,gracias por compartir es te maravilloso articulo ,
Muchas gracias Pepe,
La Alcaicería y sus alrededores están llenos de historia y de historias por contar.
Impresionante todo lo que allí se forjó cultural y económicamente hablando.
Gracias
Gracias por darnos a conocer tanto de nuestra ciudad, y de esta forma tan bonita, ¡no me canso de leeros!
Muchas gracias Sonia, tanto por conocer que se nos quedan cortas las palabras.
Gracias, vuestros comentarios nos animan a seguir!!